Hoy estaba revisando unas carpetas supervivientes a mis ultimas tres mudanzas y encontré este cuento , cuyo autor desconozco, pero que recuerdo que cuando lo leí, lo colgué en la puerta del dormitorio de mi primera casa compartida con mi primer novio.
Sexto sentido o no, tiempo después me sentí totalmente identificada con este microrelato. Ya fuese como bella princesa o como feo campesino.
Las cosas muchas veces son tan sencillas que nos empeñamos en complicarlas para que tomen un cierto grado de interés.
Pasara mucho tiempo hasta que vuelva a ser princesa...o campesino.
Mientras aprovechare esta cuenta atrás antes de la próxima lobotomía.
Espero que os guste.
Había una vez un campesino gordo y feo
Que se había enamorado ¿como no?
De una princesa hermosa y rubia...
Un día la princesa -vaya usted a saber porque-
Dio un beso al feo y gordo campesino
Y , magicamente, este se transformó
En un esbelto y apuesto príncipe
(al menos así lo veía ella)
(al menos así se sentía el)
1 comentario:
Bonito relato que no lo veo yo cuento si no realidad.
Publicar un comentario